jueves, 30 de mayo de 2013

lunes, 18 de febrero de 2013

DEMOGRAFÍA

La población del municipio es de 55.553 habitantes según el padrón de 2011, (INE2011), por lo que un 9,4% de los cántabros viven en Torrelavega. Su tendencia demográfica está estancada desde el año2000, produciéndose actualmente una ligera pérdida de población en favor de municipios limítrofes. Desde el año 1990 hasta el año 2010, Torrelavega ha perdido un 6,8% de la población, o lo que es lo mismo, 4.109 habitantes.
Además, la escasez y consiguiente encarecimiento de las viviendas en el núcleo urbano se han reflejado en un proceso de periurbanización o desplazamiento de la población hacia los municipios de su entorno más cercano, en especial a los ejes conurbanos Torrelavega-San Felices de Buelna, que ha visto repuntar su población un 2,86%, Torrelavega-Cartes, un 1,47%, Torrelavega-Los Corrales de Buelna, un 1,44% y Torrelavega-Suances (la población de Suances ha crecido un 2,84% y la de Miengo, un 1,41%), frente a un aumento demográfico en Torrelavega de tan sólo el 0,82% entre 2002 y 2003, y un retroceso poblacional del 0,15% entre 2005 y 2006. Torrelavega es el segundo municipio más poblado de toda Cantabria 


Año 2000
Año 2001
Año 2002
Año 2003
Año 2004
Año 2005
Año 2006
Población







Barreda
2995
2973
2948
2977
2932
2897
2828
Campuzano
11972
11783
11679
11617
11366
11258
11217
Duález
267
269
331
366
377
371
373
Ganzo
1130
1109
1121
1101
1095
1066
1067
Montaña (La)
180
177
188
191
183
188
183
Sierrapando
4013
3947
3968
3967
3982
4005
4041
Tanos
5065
5336
5614
5782
5986
6080
6121
Torrelavega
28534
28259
28303
28603
28457
28360
28334
Torres
1012
1032
1025
1012
1013
1002
997
Viérnoles
1018
1024
1003
1022
1016
1003
982

miércoles, 13 de febrero de 2013


Historia de Torrelavega 


Comenzamos a contar la historia desde la invasión romana y en consecuencia la romanización, no fue profunda por esta zona, esto se deduce de la escasa presencia de restos arqueológicos. La calzada romana que unía la meseta castellana, Pisoraca (Herrera de Pisuerga), con el Portus Blendium (Suances) pudo atravesar el territorio torrelaveguense tras pasar por la ciudad de Julióbriga (Campoo de Enmedio) antes de adentrarse en el valle del Besaya.
No es hasta la Edad Media cuando aparecen los primeros escritos sobre la villa. Se encuentra mención documental de la aldea de la Vega a finales del siglo XIII. Se atribuye su fundación a Garci Lasso I de la Vega, Adelantado Mayor de Castilla en nombre del monarca Alfonso XI.
Su nombre actual es la contracción que, con el paso del tiempo, se ha producido del epónimo de la torre que construyó en la zona Leonor de la Vega, hija de Garci Lasso de la Vega II y madre del Marqués de Santillana, para administrar los impuestos y los privilegios de su territorio. La conjunción de la torre y del nombre del lugar, título del señorío, habría que configurar la denominación de la villa mercantil e industrial que, desde el siglo XVIII hasta hoy, conocemos con el nombre de Torrelavega. Otras denominaciones del territorio fueron "Aldea de la Vega", "La Vega" o "Corral de la Vega".
Entre los siglos XVI al XVIII el municipio dependió de los Duques del Infantado, sucesores de la familia de la Vega. El Pleito de los Valles, por el cual los nueve valles cántabros obtuvieron su independencia de los señoríos del Infantado no tuvo repercusión en la zona torrelaveguense. Dentro del régimen señorial pervive, a lo largo de la Edad Moderna, la vida económica y administrativa, que va a encontrar su transformación por la liberalización del comercio colonial y la apertura de las vías de comunicación. Durante el siglo XVII, Torrelavega desarrollará un importante crecimiento industrial (fábricas de harina y de curtido, establecimientos abiertos al comercio de telas, quincalla, comestibles y tabernas). A mediados del siglo XVIII Torrelavega se configura como encrucijada de caminos entre Santander y Reinosa.
En el año 1853 se produce uno de los hitos que marcaron el progreso económico de Torrelavega, el descubrimiento del coto minero de zinc (blenda y calamita) en Reocín. Además, en el año 1898 se instaló Azucarera Montañesa, después transformada en Lechera Montañesa, y ya en 1904 comenzó en el municipio la construcción de las instalaciones de la empresa belga Solvay, dando lugar a una importante fábrica de producción de sosa cáustica.

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María Cristina de Habsburgo-Lorena otorgó a Torrelavega el título de Ciudad el 29 de enero del año 1895.
Estas grandes industrias, el mercado, los establecimientos de comercio, la pequeña industria y talleres, transforman Torrelavega en el núcleo industrial clave de la comarca del Besaya. De ser una villa agraria de 78 vecinos en el año 1753 pasó a ser el segundo centro económico regional en el siglo XIX. "El aumento de población y el progreso de su industria" le merecieron el 29 de enero del año 1895 el título de Ciudad a Torrelavega, concedido por la entonces María Cristina de Habsburgo-Lorena (1858-1929), que ejerció la regencia en España durante la minoría de edad de su hijo, el rey Alfonso XIII desde 1885 hasta 1902.
Ya en el siglo XX, el desarrollo de la región no cesó, y surgirán nuevas industrias y centros bancarios, así como el establecimiento de la Granja Poch. Con la llegada de la Segunda República y más tarde la Guerra Civil la ciudad sufrirá una de las épocas más turbulentas de su historia. La Guerra Civil afectó profundamente a la región, de forma trágica, tanto de un bando como de otro. Primero, la represión republicana se concentró en la persecución religiosa que fue abundante en diversas zonas. Después, la represión franquista alcanzó también cifras trágicas, puesto que en Torrelavega, al ser un núcleo industrial, los sindicatos contaban con una fuerte presencia, y tanto obreros como sindicalistas eran objetivo frecuente de la represión del bando sublevado. Además, el dominio de partidos de izquierda en esta zona era evidente, lo cual dificultó aún más la situación para los afiliados a sindicatos y partidos. Torrelavega presenció una batalla aérea el 6 de agosto de 1937, cuando las fuerzas aéreas republicanas perdieron 12 cazas.
Destaca de esta etapa el torrelaveguense, Eloy Fernández Navamuel (1899-1964) que fue un prestigioso militar que tras acogerse al retiro previsto por la Ley Azaña, se incorporó voluntariamente al servicio de la Segunda República. Contribuyó a sofocar los focos de rebelión de la entonces provincia, realizó acciones de incursión en los frentes de Asturias, Santander y País Vasco y tuvo un papel destacado en la captura del buque franquista Tiburón, que venía a Santander con el propósito de establecer el bloqueo. El 25 de agosto fue nombrado jefe de los Servicios de Aviación del Norte de España. El 10 de noviembre, sin abandonar sus funciones de piloto, tomó el mando de una columna de 300 milicianos, que comenzó a operar desde el incipiente frente de Reinosa con dirección a Burgos y Palencia. El 14 de abril de 1937 fue promovido a comandante y se le confió el mando de la 3ª División, luego División 54. Ya en agosto de 1937 con las tropas franquistas recién llegadas a Torrelavega, consiguió escapar a Francia.
Cabe destacar la presencia de una importante guerrilla, con los maquis como protagonistas, en la zona de Silió (localidad del municipio de Molledo). Inocencio Aja fue el guerrillero destacado de la zona del río Besaya.
La época de apogeo de Torrelavega fue entre finales del siglo XIX y principios del XX, después la ciudad sufrió una serie de altibajos, demográfica y económicamente hablando. Tras la Guerra Civil, el desarrollo industrial no continuó con la misma intensidad debido a la mala situación socioeconómica que atravesaban tanto el país como la propia región, pero a pesar de ello llegaron empresas tales como Sniace y La Continental.
La ciudad sufrió una grave crisis en la década de los ochenta y noventa, con motivo de la recesión industrial en toda la comarca, pero en la actualidad ha logrado recuperarse, puesto que el censo de población, el comercio y la industria han experimentado una reciente mejora.